El Flamenco es un arte escénica que comprende tres elementos: "el cante", "el baile" y "el toque" (guitarra). Sus orígenes pueden buscarse en los gitanos del sur de España, y los más puristas piensan que ellos son los únicos que peden entender y crear flamenco. De cualquier manera, las influencias del flamenco se remontan tan al este como los propios gitanos - India, Hungría y Rumania – y se encuentran huellas árabes, judías y otras formas de canción popular de la misma Península Ibérica.

Durante siglos, se definió la historia del flamenco como el periodo hermético, desconocido para el mundo fuera del flamenco y practicado dentro de las comunidades gitanas. "El cante" salió primero, expresando las tribulaciones y necesidades de las marginadas comunidades gitanas a través de los temas eternos de la pena, el sufrimiento y la soledad. Incluso el amor y la alegría tienen tintes amargos: el flamenco es, sobre todo, el arte del oprimido. El baile y la guitarra se añadieron después integrados en actuaciones en los “cafés cantantes” del siglo 19.

A medida que crecía su popularidad, este arte se expandió y se reconoció más y más por España y todo el mundo. Se dio una evolución natural: mayor popularidad, mayores estructuras, escuelas, corrupción de las formas más puras, comercialización… y todo lo que sigue.